- Un Proyecto de Formación en centros sobre Inteligencia Emocional (Cerebro, Corazón, Intelecto y Emoción), en mi lugar de trabajo con un gran coordinador y unos magníficos compañeros.
- Un MOOC denominado Entornos Personales de Aprendizaje para el desarrollo profesional docente, en la Web (como un buen MOOC que se precie) y durante mi insomnio.
En el MOOC todo va deprisa, muchos conceptos del ámbito de las TIC, muchos "login", muchos "password", mucho "colaborativo", mucho "social", no olvides los #hashtag..., en fin, contento y dentro del papel que uno juega en una vorágine de curso de este tipo. Pero, y claro que debía existir algún pero, pensando en ocasiones en los posibles compañeros que al "logearse", no les fue la contraseña, se les olvido, no encuentran tal o cual aplicación, no le fue el "plugin" de su ordenador, no sabían que era un servicio RSS, su "Diigo" está en Inglés y no fue capaz de cambiarlo. Pensando en una idea de Anibal de la Torre donde introduce el síndrome de Prensky para referirse al complejo que algunos docentes sienten frente al avance tecnológico.
Y en esta sopa de ideas surge, en mi Proyecto de Formación (con una parte on-line en EDMODO) la idea de la FRUSTRACIÓN TIC. Esa que uno tiene al ver que lo que hizo se borró, cuándo antes de guardar, se fue la electricidad y la pantalla negra del ordenador (al tiempo que espejo) nos muestra nuestra cara con un gesto y una mala leche que nos comeriamos sin masticar el Procesador Intel Centrino de cuatro núcleos, sin agua para echarlo para abajo.
En fin, seguiré caminado por estos senderos de las emociones y las TIC, esperando eso si, que al final del trayecto se unan para mejorar un poco lo que tengan que mejorar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario